viernes, 8 de julio de 2011

Capitulo 11





Rachid y David tienen que hacer un esfuerzo para no besarse. Sienten una fuerte atracción el uno hacia el otro pero se caen bien. Valoran más la amistad del otro. No hablan de sexo. Los dos quisieran sacar el tema, que el otro sepa que es gay pero les preocupa qué pueda pensar el otro. No quieren que lo malinterpreten, no buscan un simple polvo.
--¿entramos? --Rachid.
David hace que sí con la cabeza. Se muestra sofocado. Están muy nerviosos. El cuerpo del uno pone cachondo al otro. Están muy encendidos.
--¿pedimos un par de cervezas? –Rachid.
Rachid es el que toma la iniciativa, el que las pide. David está detrás. Ardiendo. Rachid le gusta mucho y le cae bien. Van hacia la mesa con la jarra de cerveza. Los dos están muy ansiosos. Está naciendo entre ellos algo y no sólo una amistad que desearían que fuera sólida. El no saber hacia dónde van, que espera el uno del otro les pone muy nervioso. No hablan de novias, de novios. Hablan de temas más generales. Se van a sentar en la mesa pero antes de llegar ambos ya se han tomado la cerveza. Eso los relaja un poco.
--¿pedimos otras y luego echamos un cigarro? ¿fumas? –Rachid.
--Sí pero mis viejos no me dejan. Me controlan mucho el dinero y no me puedo comprar mucho tabaco… ostia que haría lo que fuera por un cigarro.
Rachid se muestra muy amable. Saca tu paquete.
--¿te van bien estos?
Y David que ya no puede más agarra un cigarro y lo huele con una cara de gusto que divierte a Rachid..
--gracias, tío. Te debo una.
--quédate el paquete. Ahora cuando pida las cervezas me compro otro.
--¿en serio? Joder, genial. Tú sí eres un amigo.
Chocan sus manos.
--Es lo menos que puedo hacer por ti. Hoy ya me has hecho dos favores.
--¿dos?
--si claro… Me has metido en tu clase y en la mañana me ayudaste con el viejo.
Los dos se miran con cara de pervertidos al pensar David que le vio la verga y le gustó y a Rachid le excita que David se la haya enseñado. La mirada del uno penetra al otro, se ponen cachondos. Se ponen nerviosos.
--¡vuelvo a por las cervezas¡
David se queda en una mesa. Rachid se compra más tabaco y vuelve con la cerveza. La segunda ya entra mejor. Puedan dejar aparcado los nervios y hablar como dos amigos. Se gustan, se caen muy bien. Rachid divertido y tomando la pregunta que le hiciera David en la mañana le dice riendo:
--tu querías saber si los moros tomamos alcohol ¿no?
Rachid habla divertido pero David siente un poco de vergüenza.
--lo siento tío. No te quería ofender.
Rachid se le ríe. Está muy a gusto con David.
--que ya te he dicho que no me ha molestado pero creo que ya te he respondido…los moros no toman alcohol pero yo sí. Igual no creo que tu vayas a misa todos los domingos y ayunes y no comas carne en semana santa, ¿oh si?
--No, como se te ocurre. No creo en Dios.
--¿pues entonces? ¿porqué yo sí tengo que ser religioso? –dice Rachid muy simpático.
Los dos se miran y se ríen mucho. A David le suena el celular. Varias veces.
--¿no lo tomas?
--No, no es importante.
Pero como insiste y les molesta en la conversación, David saca el móvil. Lo apaga. Piensa que debió hacerlo antes. Se ha puesto nervioso al ver que es Fer. Por su cara, Rachid se da cuenta que es alguien importante, ¿una novia tal vez? Le gustaría que el chico fuera gay. Es tan guapo y le cae bien pero le parece algo improbable, sería demasiada suerte.
--¿Quién es?¿una amiga?
David trata que no se le note que está nervioso.
--No, es de mi casa.
David no sabe cómo decirle a ese chico tan guapo que es gay sin que se asuste, sin que piense que se lo quiere llevar a la cama.
--oye porque no salimos ahora a fumarnos un cigarro ¿no?
--si claro pero antes pago que van a creer que nos vamos a ir sin pagar.
David va a sacar la billetera pero Rachid le pone la mano encima. Se tocan y ambos vibran. Están ardiendo porque se gustan demasiado. Sus bocas están tan cerca la una de la otra.
--Yo invito…
--Vale pero mañana volvemos a quedar y pago yo.
No lo han pensado pero tienen una buena excusa para volver a verse. No se sacan los ojos de encima. Se quedan en la puerta del local fumando, hablando. Pasan un rato agradable juntos. Rachid mira el reloj.
--¿tienes prisa? –David.
--No pero es que siempre me gusta repasar un poco. No me quiero quedar atrás en los estudios.
--después de tomarnos un par de cervezas yo estudio de maravilla.
A ninguno de los dos les apetece separarse. A David se le ocurre la mejor idea para tener a Rachid con él el mayor tiempo posible.
--te tengo que pasar los apuntes, ¿porqué no vamos a mi casa y te pones al día?
--sí, genial.
A los dos les cuesta mucho estar juntos siendo sólo amigos pero como al uno el otro le cae genial es que se controlan. Se despiden en la noche.
--ahora sí me tengo que ir.
Chocan y se agarran sus manos. Se funden en un cariñoso abrazo. Sienten que el corazón se le va a salir del pecho.
--¿quedamos y vamos juntos a clase? –David.
--de puta madre –dice Rachid.
Están un buen rato con las manos agarradas. No quisieran separarse nunca.
--gracias por todo tío. Me ha gustado conocerte –Rachid.
--a mi también me gusta tener un amigo como tú.
Y David recalca lo de amigo para decírselo así mismo. No quiere perder la amistad de Rachid. No debe verlo como otra cosa. David cierra la puerta y Rachid suspira. Toda su vida ha deseado encontrar a alguien como David pero no quiere echar las cosas a perder. David se tira sobre la cama, salta. Rachid le encanta. Se desnuda para darse una buena ducha fría porque está muy caliente.






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