Capitulo 12

Rachid por un lado y David por el otro pasan muy mala noche. Están muy nerviosos. Tienen ganas de volverse a ver. Se afeitan, se duchan, cantan. Recorren su torso desnudo con jabón, sus genitales. Sonríe, están contentos. Cada uno en su ducha salen mojándolo todo. Desnudos en el espejo se miran ilusionados.
--Hoy voy a verlo –dice David viendo su imagen de él desnudo.
Rachid suspira mirándose al espejo. Así mismo habla en árabe pero sus palabras son las mismas que David: hoy voy a verlo. Estarán todo el día juntos y eso es algo que les hace mucha ilusión. Se perfuman, se arreglan como si tuvieran una cita. Rachid y David, sin saberlo, están muy compenetrados. Ambos están sintiendo lo mismo, a los dos les da por cantar la misma canción ante el espejo. Y nos Dieron las diez, en concreto el trozo que dice: Tú saliste a cerrar, yo me dije: "cuidado, chaval,. te estás enamorando".
Tanto David como Rachid piensan el uno en el otro y suspiran. Suspiran enamorado. Pero ambos tienen el mismo miedo:
--cuidado tío –se dice David así mismo—no te consta que es gay. Es un amigo, el mejor amigo que puedas tener. No debes asustarlo, que crea que sólo quieres un polvo.
Rachid piensa exactamente lo mismo que David. A los dos le preocupa que el otro vaya a malinterpretar las intenciones del otro y perder la bonita amistad que entre ambos ha nacido porque aunque el deseo está, aunque a ambos les encantaría acostarse juntos, no quieren hacerlo si sólo va a ser un polvo para el otro, si eso puede perjudicar su amistad que es lo que más les interesa.




Van al lugar del encuentro con el corazón que les va a salir de la garganta. Es pronto, ambos están seguro que tendrán que esperar un buen rato pero no es así porque los dos tenían la mismas ansias de verse. Se ven ya a lo lejos y vibran. Se sonríen con los labios y con la mirada. David anda fumando.
--¿¿quieres?
Le ofrece el cigarro a Rachid para no lanzarse en sus brazos.
--si claro.
A los dos les encanta compartir, les excita saber que ha estado en la boca. Se muestran nerviosos. Se miran a los labios, el uno desea los labios del otro. Tienen sed uno del otro. Sienten que el corazón les va a escapar de sus pechos. Se gustan mucho pero también se caen muy bien y eso hace que pronto la conversación los atrape y el uno olvide lo bueno que está el otro.

Pasean tranquilamente, hablan de todo y de nada. Rachid mira su móvil.
--aún es pronto. ¿nos sentamos un rato y fumamos otro? –dice señalando un banco.
David va a sacar su tabaco.
--No, hoy te invito yo.
Está vez enciende un cigarro para cada uno. El tiempo se detiene para ellos y es que cuando están juntos no se acuerdan de nada más. Es David el que se da cuenta.
--¡hey, que llegamos tarde¡¡
A Rachid es a quien más le preocupa:
--¡mierda, llegar tarde el primer día¡
David ríe. Rachid estaba serio pero ríe con él. Rachid se pone a reír también. Empiezan a correr. Llegan justo a tiempo, riendo divertidos.


Fer y Yoli los están esperando. Fer no hace más que llegar a David que no le toma la llamada.
--¿¿Qué le pasa a tu amigo?¿¿porqué no me toma la llamada?
A Yoli no le gusta la presencia de Fer.
--¡y a mi qué me cuenta¡ ¡¡no me tiene que dar explicaciones¡
--¡pero a mí sí… es mi novio¡
Fer siente que David se está distanciando de él y es algo para lo que se estaba preparando porque sabe que David es demasiado guapo como para quedarse a su lado y a él sólo le mueve eso, que Fer está muy bueno y le duele pensar la idea que se pueda acabar el poder acostarse con él. Se le van los ojos al ver a David con Rachid, los dos corriendo. Muy divertidos.
--¿¿quién es ese chico que está con mi novio?
Fer se muestra celoso pero Yoli se da cuenta que los celos de Fer no son por amor sino por posesión.
--¡ni que David fuera una propiedad tuya¡
Yoli ha quedado muy impactada por Rachid.
--¡qué bueno está¡ ¡¡yo me lo pido¡
Yoli corre hacia él. David y Rachid se paran. Su respiración es acelerada. Yoli desnuda con la mirada a Rachid. Yoli se muestra coqueta:
--Yo soy Yoli.
Y le da dos besos, casi roza los labios de él. David está muy atento a ver cómo Rachid mira a Yoli porque quiere saber si es gay.
--ella es como mi hermana –le dice David.
Rachid se da cuenta que Yoli es importante para David y que Yoli se siente atraída hacia él, Rachid no sabe que David es gay y teme que se enoje si su amiga sufre una decepción cuando sepa que es gay. No le responde a los coqueteos pero no los rechaza. David se muestra celoso. No le gusta que Yoli coquetee con Rachid y él no le diga nada. Fer se siente molesto. No le gusta Rachid y quiere marcar su terreno. Agarra del cuello a David:
--¿Por qué has tardado tanto, cariño?¿y no me presentas a tu amigo?
Fer besa a David en los labios. David siente la sorpresa de Rachid. El marroquí tiembla. A Rachid le parece una buena noticia que David sea gay pero a la vez le da pena que tenga novio. Es Fer el que se presenta a Rachid:
--¡Yo soy Fer, el novio de David¡
Dada la cara de Rachid, David tiene miedo que Rachid sea homófobo.
--No te importa que sea gay ¿no?
--No… no…
Rachid está muy nervioso, no sabe si debe decir que él también es gay. No le dejan decir nada ya que la clase está a punto de empezar. Fer se va por su lado, Yoli se mete entre ambos.
--¿te sientas conmigo, verdad? –Yoli.
Y eso es algo que fastidia a Rachid y David que quieren sentarse juntos.
--No puedo, es que David me dejó sus apuntes y tengo unas dudas.
A David le suena a excusa pero le parece genial.
--¡si es verdad¡
Yoli se resigna. Rachid y David se miran de una manera especial. Al entrar en el aula se topan con Álvaro. Rachid y Álvaro se sorprenden al verse.
--¿¿qué hace este moro aquí? –Álvaro con desprecio.
--¡¡no hables así de mi amigo¡ --David.
A Rachid le duele que Álvaro sea así con él pero le emociona que David lo defienda.
--¿¿a ti que te pasa? –Rachid a Álvaro.
Álvaro mira a David y dice:
--¿¿qué es tu nuevo amante?¿porqué lo has traído aquí?
--¡oye, te estás pasando¡ --dicen los dos a la vez.
Están compenetrados pero a la vez al uno le duele que al otro le haya ofendido el comentario. En realidad ni a David ni a Rachid les ha molestado pero sí les da miedo que sea el otro el que se moleste.